«La web nunca podrá sustituir a un profesor de carne y hueso»
Wywiad przeprowadzony przez José Manuel Grau Navarro z madryckiej gazety ABC 26. 01. 2009

Anna Wawrykowicz, doctora en Filología Hispánica, profesora de español en la Universidad Politécnica de Wroclaw. Es autora de libros de texto para enseñar castellano a los polacos

La doctora Anna Wawrykowicz es una entusiasta de la lengua española. En Polonia, su tierra, los libros de texto de esta lingüista son tal vez los mejores para aprender nuestro idioma. Cabe destacar “Español de pe a pa” (editorial Europa, 2007) o “Hiszpanski-gramatyka funkcjonalna z cwiczeniami” (editorial Europa, 2000). También los usan los ya numerosos ciudadanos del país del Vístula que se vienen instalando en España, en núcleos como Alcalá de Henares. No hay, lamentablemente, nada similar por la parte española, es decir, un esfuerzo de la misma categoría para acercar el polaco a los hispanohablantes.

-A un polaco le resulta relativamente fácil aprender español. A un español le resulta extraordinariamente difícil aprender polaco. ¿A qué cree usted que se debe? ¿Tienen los eslavos una facilidad especial para las lenguas?

-Eso se dice. No sé a qué se debe. Quizá a que las lenguas eslavas son bastante complicadas: la pronunciación, la conjugación, las declinaciones, etcétera. De tal manera que ya poseemos la base natural para aprender otro idioma cuya gramática o fonética es más fácil. Hay naciones con más talento para idiomas (la polaca) y otras con más talento para cantar o escribir (la española).

-Usted conoce muy bien el mundo hispano. ¿Recomendaría a un español que se pusiera a estudiar polaco en serio, con el ánimo de llegar a dominarlo lo mejor posible? ¿Qué consejos le daría?

-Conozco a algunos españoles que hablan polaco muy bien, así que es posible dominarlo si se dedica bastante tiempo y esfuerzo. Para aprender bien un idioma hace falta tener un buen profesor (nativo para el nivel avanzado), buenos materiales, contacto con nativos, muchas ganas y , antes que nada, talento para idiomas.

-¿Qué lugar ocupa la lengua española en Polonia? Imagino que irá en cuarto o quinto lugar, por detrás del inglés, el alemán, el francés y tal vez el ruso. ¿O han cambiado los intereses en los últimos tiempos?

-La mayoría de la gente estudia inglés. Será un 70 por ciento. El alemán, un 20 por ciento. El resto estudia francés, ruso, español o italiano. En las escuelas superiores, los estudiantes se interesan sobre todo por el inglés y el español, pero escogen el inglés y el alemán por razones profesionales, falta de profesores de otras lenguas, obligatoriedad, etc. Tomando como medida la venta de mis libros, se podría decir que el interés por el español aumenta desde hace más de 10 años. A principios de los años 90, nadie quería publicarme. Últimamente, mis obras se venden cada vez más. Recientemente, tres editoriales me han pedido que les escriba algún libro de español.

-¿Se enseña español en Polonia en las escuelas de enseñanza secundaria?

-Sí, en los institutos (para jóvenes de entre 16 y 19 años) se enseña español desde hace 20 años. Y en un nuevo tipo de escuela que llamamos “gimnazjum” (gimnasio, para jóvenes de entre 13 y16 años), desde hace 4 ó 5 años. También hay clases de español en algunas escuelas primarias, para chicos y chicas entre 7 y 13 años.

-Usted ha publicado magníficos libros para enseñar español a sus compatriotas. ¿Cuál diría que es el denominador común de su obra?

-El amor hacia la cultura española y el deseo de enseñársela a los demás; la ilusión que me ha hecho ir descubriendo cosas nuevas de la literatura, la historia, las costumbres, etc., en español, y las ganas de compartirla con otros polacos.

-Últimamente, bastantes polacos se han asentado en España, en zonas como Alcalá de Henares. ¿Tiene usted constancia de que se interesan por sus libros y de que a su vez tratan de no cortar con los lazos culturales de su país?

-Sé que en España hay muchos polacos que tratan de aprender español con mis libros. Los hay también es Estados Unidos; piden mis obras a través de Internet. En 1998 conocí a algunos polacos que vivían en Vic, y lo que me impresionó fue que si veían la televisión, era la polaca, por satélite.

-Desgraciadamente, la literatura polaca no es demasiado conocida en España. ¿Qué tres obras, o qué tres autores polacos, nos recomendaría usted principalmente?

-He visto en librerías españolas obras de algunos autores polacos traducidos al castellano: Wislawa Szymborska, Stanislaw Lem, Czeslaw Milosz. En mi opinión, los autores más importantes del siglo XX, aparte de los citados, son Slawomir Mrozek, Zbigniew Herbert, Olga Tokarczuk y Ryszard Kapuscinski.

-¿Y qué autores españoles recomienda usted a sus alumnos?

-Soy muy aficionada a la literatura española y procuro leer las novelas galardonadas o con mucho éxito. A mis estudiantes suelo recomendarles los autores que me gustan y cuyas obras se traducen al polaco, por ejemplo: Antonio Muñoz Molina, Javier Tomeo, Lorenzo Silva, Eduardo Mendoza y J.C. Somoza. A los estudiantes de la Universidad Politécnica, donde trabajo ahora, les resultaría imposible leer tales novelas en versión original.

-¿Es alto el nivel de la Filología Hispánica en Polonia? ¿Y el de la Filología Eslava en España?

-No sé cómo es el nivel de la Filología Eslava en España. En cuanto al de la Filología Hispánica en Polonia, puedo contestarle basándome sólo en mi experiencia en la Universidad de Wroclaw, donde trabajé once años, de 1994 a 2005. Creo que el nivel de las conferencias sobre literatura o historia de los países hispanohablantes era muy alto; sin embargo, el nivel de español de los estudiantes dejaba mucho que desear, aunque entre los profesores siempre los había nativos.

-¿Qué la animó a usted a especializarse en lengua española?

-Cuando empecé a estudiar en el instituto, llevaba varios años con el inglés, con clases particulares, y quería seguir. Pero en los tiempos del régimen comunista, los estudiantes no tenían la posibilidad de elegir la lengua extranjera que quisieran. Me tocó el francés, y como se me daba bien, decidí estudiar Filología Francesa en Wroclaw, donde también había un lectorado de español. Entonces, sólo en Varsovia y Cracovia se impartía Filología Hispánica. Afortunadamente, en el segundo curso, como era la mejor en español, me propusieron hacer la carrera según un programa individual que equivalía, “grosso modo”, al de la Filología Hispánica. Leí mi tesina sobre la novela picaresca en español. Durante un par de años no pude encontrar trabajo, porque a nadie le interesaba entonces lo que se consideraba una “lengua exótica”. La situación cambió a principios de los años 90.

-¿Hay buenos diccionarios español-polaco y polaco-español? ¿Están a la altura de los que se editan en otras lenguas, por ejemplo polaco-alemán y polaco-inglés?

-No, no hay buenos diccionarios español-polaco. Se han publicado varios. El que me parece más completo es el elaborado por Oscar Perlin (padre) y Jacek Perlin (hijo), publicado en 1995. Pero es bastante caro para los estudiantes (cuesta cerca de 150 zlotych, unos 34,19 euros). Los más baratos se venden por entre 5 y 20 zlotych, pero son malísimos. Los estudiantes suelen buscar palabras en diccionarios de Internet. Los míos, lo tienen prohibido. ¿Por qué? Porque lo que encuentran no tiene sentido. Por ejemplo, cuando quieren traducir “En la habitación hay una alfombra” lo que realmente vierten es “En la habitación yace una acera”. Los autores de esos diccionarios no saben bien castellano, no conocen excepciones, confunden palabras, sinónimos... A mis estudiantes más avanzados, les recomiendo el Diccionario Salamanca, que me gusta mucho.

-Últimamente, la enseñanza de idiomas basada en los ejemplos de uso, en la palabra en su contexto, parece más fundamental que nunca. ¿Está de acuerdo? ¿Disponemos de buenas fuentes para ejemplos de uso español-polaco y polaco-español?

-Estoy de acuerdo con lo que dice de ejemplos de uso. Desgraciadamente, la mayoría de los materiales para estudiar español publicados en Polonia son diccionarios pequeños (sin ejemplos), guías para turistas y gramáticas deficientes.

-Desde hace ya algún tiempo, Internet y las nuevas tecnologías se vienen incorporando a la enseñanza de idiomas. ¿Qué papel les asigna usted y qué futuro les ve?

--Creo que Internet es una herramienta estupenda que podrá ayudar a todos a dominar la lengua que deseen. Gracias a las nuevas tecnologías resulta más fácil y más agradable aprender la gramática y el vocabulario, y conocer la cultura de otro país por medios de la televisión, la radio, páginas web... Sin embargo, Internet nunca podrá sustituir a un profesor de carne y hueso, el único que es capaz de enseñar cómo se debe hablar y escribir en otro idioma. Las destrezas más importantes para la comunicación (expresión oral y escrita) no se pueden aprender sólo con un programa multimedia, porque es imposible prever todas las situaciones en las que pueda encontrarse el estudiante, ni todos los pensamientos y sentimientos que quiera expresar.